Conocer los tipos de grasa que encontramos en el jamón es la clave para conocer su calidad. La grasa es el secreto del jamón, donde se encuentra su sabor, su olor y su textura. Pero ¿todas las grasas son iguales?
Cuando comenzamos una pieza de jamón lo primero que no encontramos es la grasa que cubre la pieza. Cuyo objetivo es la protección de la carne ante la entrada de aire, evitando de esta manera que se vea afectado por mohos o ácaros. Esta grasa no es comestible, por lo que debe retirarse antes de comenzar el corte del jamón.
Una vez comenzado el corte, en cada loncha encontraremos grasa intramuscular. Se encuentra entre la carne del jamón y suele tener un color rosado o blanquecino. Esta grasa si puede comerse, es más, es muy recomendable, pues suele ser la que le da la jugosidad a la pieza.
La cantidad y calidad de la grasa es el resultado de la alimentación del cerdo. Una ingestión basada en bellota y pasto, como la que mantienen los cerdos ibéricos de Guijuelo, generan una grasa con acción antioxidante que aporta al producto mayor calidad.
En apariencia esta grasa es diferente dependiendo de la calidad del jamón. Por su parte, el cerdo ibérico tiene un brillo y veteado distinto, que es lo que le diferencia del cerdo convencional.
Confía en la calidad del cerdo ibérico de Guijuelo, confía en MAGUISA.