Los diferentes cortes de carne de cerdo ibérico ofrecen una variedad de sabores y texturas que los hacen únicos en la gastronomía. Desde los cortes más magros hasta los más jugosos y grasos, cada parte del cerdo ibérico ofrece una experiencia culinaria distinta. Aquí te presentamos algunos de los cortes más destacados y sus usos más comunes:
- Lomo Ibérico: Este corte magro y tierno se encuentra en la parte superior del cerdo. Es ideal para filetear y cocinar a la plancha o a la parrilla. También se puede utilizar en guisos y estofados para aportar sabor y textura.
- Secreto Ibérico: Ubicado en la zona interna del cerdo, este corte se caracteriza por su infiltración de grasa y su sabor intenso. Es perfecto para asar a la parrilla o a la brasa, ya que la grasa se derrite lentamente, impregnando la carne con su aroma y jugosidad.
- Pluma Ibérica: Considerado uno de los cortes más jugosos y sabrosos, la pluma se encuentra en la parte delantera del cerdo, cerca del cuello. Se puede preparar a la parrilla o a la plancha, y su grasa intramuscular le proporciona una textura suave y un sabor excepcional.
- Carrillera Ibérica: Este corte se encuentra en las mejillas del cerdo y es conocido por su ternura y su sabor profundo. Se suele cocinar a fuego lento en guisos y estofados, donde se deshace en la boca y se impregna con los sabores de los demás ingredientes.
- Presa Ibérica: Situada en la parte delantera del lomo, la presa es un corte jugoso y bien marmoleado. Se puede cocinar a la parrilla, al horno o a la brasa, y su grasa le aporta un sabor característico y una textura suave y jugosa.
Estos son solo algunos ejemplos de los diferentes cortes de carne de cerdo ibérico y sus usos más comunes en la cocina. Cada corte ofrece una experiencia única, pero todos comparten la calidad y el sabor distintivo del cerdo ibérico.