Porque sí, decimos cuchillos en plural, ya que para realizar correctamente el corte de un jamón, se necesitan, al menos, tres cuchillos diferentes.
Hoy vamos a diferenciar el por qué de estas tres herramientas:
Cuchillo jamonero
Comenzamos por el que todo el mundo visualiza cuando se menciona este tema: el cuchillo jamonero. Sin lugar a dudas, es el más importante de los tres. Es un cuchillo de filo largo, fino, liso y acabado en punta. Junto a la flexibilidad de la hoja, son estas cuatro características las que definen esta herramienta.
Cuchillo descortezador
El segundo cuchillo que se necesitamos para cortar bien un jamón es el descortezador. Conocido en cocina como cuchillo cebollero, tiene una longitud de entre 18 y 20 cm, con un filo ancho y firme. En este caso, la hoja no debe de ser flexible, pues se trata de un cuchillo con el que necesitamos hacer bastante fuerza, sobre todo en los jamones que se presentan con piel o corteza. También lo usaremos para hacer la limpieza de la grasa de los jamones salados sin la piel.
Cuchillo deshuesador
Cabe decir que, es probablemente uno de los cuchillos más complicados de hallar en una casa. Se trata de un cuchillo de unos 15 cm, de hoja rígida, más bien estrecha, terminado en punta y con mango rugoso. Si disponemos de este cuchillo, podemos prescindir del descortezador para los jamones salados en V, aunque su función principal sea la de hacer la limpieza de la parte magra del jamón y la de marcar los huesos para mantener recto el corte.
Chaira o acero
A pesar de que no hablemos de un cuchillo, sabemos que es de vital importancia mencionar a la chaira o acero. Esta herramienta no está pensada para afilar los cuchillos, sino más bien para asentar el afilado, es decir, poner plano o suave el filo. Una buena chaira es una compañera inseparable de los cuchillos que hoy hemos explicado.
Confiamos que estos pequeños post os sirvan de gran ayuda a la hora de saber qué herramientas son las adecuadas para poder disfrutar de las mejores versiones de nuestro jamón.