Hace diez años el jamón ibérico español desembarcó en China. En esta cultura y consumidores muy diferentes a los nuestros, el jamón les conquistó hasta el punto de generar una auténtica fiebre por él y por toda la cultura gastronómica que le rodea.
Esta semana, el presidentes chino, Xi Jinping, y español, Pedro Sánchez, firmaron un protocolo sobre el sector del porcino, ampliando así las posibilidades de este en el mercado asiático. De esta manera, los chinos podrán comprar en supermercados o ver en los locales de comida la pieza de jamón, con su pata y su pezuña. Algo normal para nosotros y muy arraigado en la restauración y hostelería española, es algo inusual para ellos. Y es que en China hasta ahora sólo se permitía el envío de los jamones deshuesados o loncheados. Con el visto bueno de China a los envíos de jamón y paleta con hueso se facilitará la labor de las empresas españolas que estén interesadas.
Por tanto y gracias a este protocolo, es seguro que la cifra de empresas que comercializan productos porcinos a China incrementará en los próximos años. Siempre y cuando los empresarios consigan cumplir con los escrupulosos requisitos de las autoridades chinas.