A veces cuando empezamos a lonchear un jamón aparecen las llamadas pequetías. Manchas de color rojizo oscuro, incluso marrón cuyo tamaño oscila entre la cabeza de un alfiler y algo más que una lenteja y que suelen llamar la atención. La pregunta es ¿por qué se producen? ¿producen algo negativo en el jamón?
Se trata de hemorragias internas provocadas por la rotura de los capilares sanguíneos del animal debido a la contracción violenta de los músculos por situaciones de estrés. Es decir, muchas veces indica que la matazón no se ha hecho correctamente o que el animal tenía algún problema previo a su paso por el matadero.
Sin embargo, estas manchas no indican ninguna anomalía que afecte a las características del jamón y, por lo general van desapareciendo a medida que avanza el corte de la pieza. Un ibérico puede ser de la máxima calidad y contar con alguna de estas manchas, que a veces son incluso más alargadas y extensas, y su sabor y textura no se verán en absoluto comprometidas.