El cerdo doméstico (Sus scrofa domestica) lleva conviviendo con el ser humano desde el neolítico. Hace 13 000 años existen referencias a la domesticación de este animal en Oriente Próximo, aunque paralelamente se produjo su domesticación en China. En Europa, por su parte, aunque los primeros cerdos parecen venir de Oriente Próximo, también se domesticaron jabalíes salvajes. En la actualidad el cerdo se encuentra distribuido por todo el mundo.
El cerdo ibérico
Por su parte, el cerdo ibérico es una particular raza porcina que pertenece al denominado tronco ibérico. Son muy apreciados en el sector alimentario por la producción de jamón ibérico y embutido.
Este animal proviene de la combinación genética del jabalí europeo (sus scrofa scrofa), el jabalí mediterráneo (sus scrofa mediterraneus) y del jabalí asiático (sus scrofa vittatus). Las razas ibéricas fueron extendiéndose por la costa mediterránea y el sur peninsular, particularmente en el oeste aprovechando las dehesas de encinas, alconocales, robledales y de castaños y algarrobos.
La cultura del cerdo
Si bien el cerdo es un animal con fines alimentarios repartido por todo el mundo. En España existe una particular identificación con la cultura española. Esta identificación puede encontrar sus raíces en el surgimiento de la España cristiana durante la reconquista y tras la expulsión de musulmanes y judíos. El cerdo es un animal impuro y prohibido en estas religiones así que por un fenómeno de identificación religiosa se hizo ostentación del consumo de cerdo para evitar problemas con la Inquisición.