Salamanca, una provincia excepcional no solo por su belleza sino también por un elemento muy importante en la gastronomía española; el jamón ibérico.
El jamón ibérico proviene del cerdo ibérico autóctono y esta raza ha predominado en las dehesas de Salamanca durante muchos años. Dicho animal se alimenta de bellotas. El cerdo ibérico se encuentra en las extensas praderas de la provincia, entre encinas y alcornoques, y deambulando con total libertad.
Este producto no solo se considera una estrella de la gastronomía a nivel nacional, sino que también es conocido mundialmente bajo un sello español y es que ¿quién no conoce la Denominación de Origen de Guijuelo?. Los jamones ibéricos con D. O. Guijuelo se caracterizan porque están estilizados, perfilados y conservan la pezuña. En cuánto a su peso, el jamón no debe ser inferior a 4,5 kg y la paletilla no puede pesar menos de 3,5 kg.
Para diferenciar estos dos término (jamón y paletilla) nombrados anteriormente decimos que; cuándo hablamos del jamón, estamos hablando de los muslos, anca o pernil trasero del cerdo. Mientras que si nos referimos a las patas delanteras del cerdo (aunque tengan un proceso igual de elaboración) su nombre es denominado como paleta o paletilla.
No cabe duda de que en nuestra provincia podemos estar orgullosos de tener el, probablemente, mejor jamón del mundo.
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