En MAGUISA como expertos en cerdo ibérico queremos compartir algunas curiosidades sobre nuestro animal favorito.
¿Sabías que…
- Un cerdo ibérico se diferencia del cerdo blanco en su código genético. Ambos proceden de troncos genéticos diferentes, si cada uno tiene su propio ADN, sus características principales también serán distintas.
- El origen del cerdo ibérico proviene de una subespecie mediterránea llamada Sus Scrofa Mediterraneus. Un especie que no adquiere su actual importancia hasta mediados del siglo XX.
- Llegan a beber más de 50 litros de agua al día y pueden comer hasta 10 kilos de bellotas, hierbas y otras plantas. Todo lo que pueden encontrar en la dehesa durante el periodo de la montanera, el momento en el que se produce el engorde. Antes del sacrificio el animal ronda los 160 kilogramos.
- A pesar de su tamaño sus tobillos son muy finos. Sus patas son más estilizadas que las de los cerdos blancos. Señal que diferencia el jamón ibérico del jamón serrano.
- Es el animal más aprovechado. Cualquier pieza del cerdo se convierte en un auténtico manjar. De él se obtiene todo tipo de productos, desde los frescos a las carnes saladas, sin olvidar el embutido o la grasa.
- Les encantan los charcos, pues necesitan refrescarse remojándose en agua o barro por su falta de glándulas sudoríparas, que no le permiten regular su temperatura.
- El sentido más desarrollado de un cerdo ibérico es el olfato, de ahí que sean capaces de encontrar grandes tesoros de la naturaleza como las trufas.
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