Las características del cerdo y de su cuidado permiten aprovechar al máximo su carne para elaborar una amplia gama de productos de distintas texturas pero de gran sabor y calidad todas y cada una de ellas. Los productos porcinos ocupan un espacio relevante en todas las tiendas debido a su elevado consumo gracias a sus propiedades nutritivas. De este animal se elabora:
- Jamón: se obtiene de las extremidades traseras del cerdo,
alimentado a base de bellotas que le dan un sabor inigualable. - Lomo embuchado: pieza cárnica adobada, recorre toda la columna vertebral y se enlaza con las costillas. Considerada como una de las partes nobles del cerdo.
- Morcón: la tripa morcón envuelve el magro procedente de la cabecera del lomo y el adobo a base de pimentón dulce, ajo y sal.
- Chorizo: se elabora a partir de los magros del cerdo y se añaden especias, pimentón y sal.
- Salchichón: también se elabora con los magros del cerdo pero sin pimentón. Se añade sal, pimienta molida y en grano, nuez moscada rallada, clavo y otras especias. Tras picar y mezclar, se embute en la tripa.
- Longaniza: se prepara con carnes selectas y un picado más fino y se embute en tripa fibrán.
- Panceta: elaborada a partir del tocino y magro del vientre del animal y posteriormente adobada.
Esta selección de productos pasa por unos procesos de elaboración controlados que garantizan y certifican su calidad y el seguimiento de la normativa correspondiente. De este modo, los productos porcinos que llegan al mercado están listos para su consumo.