El cerdo ibérico es una raza propia de la península de la que recibe su nombre. Por esa razón, muchas veces es considerado un símbolo nacional ya que sólo podemos encontrarlo en España y Portugal. Pero, ¿sabes cuál es su origen y qué características le hacen especial?
Según diversos estudios, el cerdo ibérico procede de tres subespecies: el jabalí europeo, el jabalí mediterráneo y el jabalí asiático. De tamaño medio, color oscuro, poco pelo, hocico largo y patas finas, largas, fuertes y más estilizadas que las de los cerdos blancos, este animal sólo se considera de raza si como mínimo cuenta con un progenitor de raza ibérica, es decir, pureza de raza igual o superior al 50%.
Pero no fue hasta la mitad de los años sesenta cuando su carne se revalorizó y alcanzó su punto álgido con productos como el jamón y la paleta ibérica. Y es que los cerdos ibéricos filtran la grasa en sus músculos de una manera tal que su jamón es más jugoso, tiene más aroma y su textura es más deliciosa.
Por último hay que señalar que los cerdos ibéricos no se alimentan sólo de bellotas. Como nosotros, estos necesitan muchos nutrientes y evidentemente estos no se obtienen de un único alimento.
En Maguisa, Matadero de Guijuelo, prestamos servicio a industrias con servicios como el sacrificio y el despiece de cerdo ibérico, siempre queriendo ofrecer al consumidor final la máxima calidad posible.