Hoy en día, muchas madres asocian la carne de cerdo a los restaurantes de comida rápida, y demás establecimientos donde la salud se ve gravemente perjudicada debido al exceso de grasas y conservantes. En definitiva, piensan que la carne de cerdo para los niños no es saludable.
Sin embargo, comer carne de calidad, la de toda la vida, no es ni mucho menos negativo para nuestro organismo. De hecho, la carne de cerdo llena de vitalidad a los niños y los mantiene activos y fuertes para afrontar los largos días de clases y deportes a los que suelen enfrentarse.
Entre otros nutrientes, la carne de cerdo contiene tiamina, que favorece la asimilación de los hidratos de carbono que podemos encontrar en la pasta, los bocatas o las pizzas, tan habituales en la dieta de los niños.
Por otro lado, la carne de cerdo contiene potasio, clave para la formación de los músculos, principalmente el corazón. Por todos estos motivos, siempre que no nos pasemos en la frecuencia y controlemos su consumo, la carne de cerdo de calidad es positiva para el desarrollo de los niños.