De diferentes formas, color, sabor… ¿A quién no le gustan las gominolas? Pero, ¿sabes de qué están fabricadas?
Cabe destacar que su componente principal es la gelatina, la cual es una materia prima que resulta de esterilizar, hervir, triturar y desecar piel, cartílagos y articulaciones de animales, entre los principales el cerdo y la vaca. Por ello, es necesario acabar ya con el falso mito de que las gominolas están hechas de petróleo. Algo demasiado extendido, ya que no sólo son los niños quienes lo piensan.
Hay que decir que la industria de los dulces nunca ha escondido el uso de gelatinas de origen animal. Y lo cierto es que existen muchas entrevistas y documentales que tratan este tema.
La obtención de gelatina del animal es un proceso muy antiguo que se remonta al siglo XV para la elaboración de algunas recetas, debido precisamente a sus propiedades tecnológicas. Esta consiste en extraer el colágeno animal muy purificado, de aspecto de polvo fino, inodoro e insípido que se utiliza para múltiples preparaciones.
Pero además de dicha gelatina, para conseguir la textura blanda y el sabor dulce, se requieren otros ingredientes como azúcares químicos y jarabes de glucosa. Y la sensación que te produce comer una gominola proviene de la utilización de cartílago animal y del aceite vegetal o cera de abeja para dar el brillo final al exterior del dulce. Los fabricantes de gelatina afirman que es la mejor opción para darle consistencia a las golosinas, algo que no se consigue con otros gelificantes.
Cabe destacar que el uso de la gelatina no plantea ningún inconveniente desde el punto de vista de la seguridad alimentaria ni desde el punto de vista tecnológico. De hecho, es «más sostenible» ya que se aprovecha partes del animal que no se envían a la carnicería.
Y es que, como se suele decir y en Maguisa Matadero Guijuelo lo sabemos bien, del cerdo se aprovechan hasta los andares.