Esta conocida frase la utilizamos en aquellos momentos en los que alguien está transpirando una gran cantidad de líquido (sudor), independientemente del origen de la causa.
Es muy común asociar el hecho de sudar con el cerdo ya que al estar sudados la gente no se siente limpia y desprende mal olor, semejándose de este modo a los gorrinos que suelen estar sucios por revolcarse por el lodo.
Sin embargo, un dato curioso que muy poca gente conoce es que los cerdos no sudan ya que no poseen glándulas sudoríparas. Es por este motivo por el que, al tener calor, se revuelcan en el lodo, charcos, barro o, incluso, en su propia horina para mantener una temperatura lo más fresca posible en épocas de mucho calor.
Entonces…¿de dónde proviene esa expresión? La hemos heredado del inglés «Sweating like a pig!», sin embargo, el cerco al que se refiere la expresión anglosajona no es un animal sino el «pig iron», es decir el «arrabio» que es un producto resultante de la fundición del hierro en un alto horno.
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