Durante algún tiempo, hace medio siglo aproximadamente, la carne de cerdo no estaba bien considerada en cuanto a la salud se refiere. Se trataba de una carne con un altísimo porcentaje de grasa, incompatible con una vida sana.
Esto se debía a que la carne de cerdo, por la manera en la que se trataba, por aquel entonces, era utilizada para fabricar bajones y productos de limpieza. Se desconocían las posibilidades que ofrecía con el adecuado tratamiento.
Afortunadamente, como resulta obvio, por otro lado, la situación cambió y comenzó a destinarse la carne de cerdo para el consumo. Los ganaderos comenzaron a alimentar mejor a estos animales, su genética se vio rentabilizada, y se consiguió reducir la grasa hasta en un 30%.
Actualmente se considera un alimento no solo sabroso sino saludable, podemos disfrutar de esta deliciosa carne hasta el punto de considerarse hoy un manjar en muchos países, y un símbolo de nuestro gastronomía en todo el mundo.