Un manjar cómo es el jamón serrano, del que hablamos a menudo en el blog y del que hemos detallado sus amplios beneficios nutricionales, tiene que ser conservado como es debido. Garantizar su sabor y sus propiedades resulta fundamental y depende en gran medida de cómo lo tratemos, especialmente si se trata de una pieza entera que tenemos preparada para cortar. Estos son algunos consejos.
- Evitar al máximo la humedad. Una pieza de jamón se debe guardar a toda costa en un lugar lo más seco posible. Nunca se debe dejar cerca de elementos como el lavavajillas, la vitrocerámica o la nevera, pues podríamos hacer que el jamón se deteriore más rápidamente.
- Tapar el jamón con un trapo ligero de algodón. Esto sirve para que la pieza esté protegida de la humedad y los insectos sin perder su oxigenación.
- Cuidado con el calor excesivo. Es cierto que el jamón debe estar alejado de focos de humedad, pero si hace mucho calor podría secarse en exceso y hacer que los cortes pierdan la jugosidad tan característica de este manjar.
Todo se basa, enrealidad en cuidar con mimo ese jamón que ha entrado en casa para poder disfrutar de su característico sabor y su inigualable textura durante el tiempo que tarde en acabarse (que estamos seguros será poco ;D ).