Un reciente estudio realizado en el el Hospital Ramón y Cajal de Madrid termina con los falsos mitos relacionados con el consumo de jamón. No engorda, no eleva los triglicéridos, ni tampoco la tensión arterial. Por primera vez se ha demostrado que mejora uno de los termómetros de la salud vascular: el endotelio, que es el tejido que cubre nuestras arterias.
Cuando éste se inflama, suele ser la causa de la mayor parte de las enfermedades cardiovasculares. Ya que es el encargado de controlar la presión sanguínea y la coagulación, participando además en la defensa frente a los patógenos. Si el endotelio sufre, se incrementa el riesgo de padecer un infarto.
El estudio demostró además que pese a un consumo diario, los participantes no aumentaron peso, ni experimentaron subida de triglicéridos, típica del consumo de cualquier embutido. Además pese a ser un alimento rico en sodio, se produjo un descenso en la tensión arterial.
Hay que tener en cuenta que el estudio se hizo con dos tipos de jamones, de cebo y de bellota, obteniendo los mejores resultados con el jamón de bellota.
Fuente: ABC