Tal y como comentamos en el post de la semana pasada, existen una serie de factores que pueden ayudarnos a reconocer cuando un jamón es ibérico y de alta calidad.
Para completar los consejos que ofrecimos en el post anterior (que puedes leer aquí) está semana queremos apuntar otros factores que pueden marcar la diferencia en este sentido.
De entrada, el sabor debe ser abarcando de poco salado al dulce con el punto justo de sal y si el jamón tiene sabores similares a los frutos secos es que será de gran calidad.
En cuanto al aroma se refiere: tendremos en cuenta la intensidad y la persistencia del aroma para conocer el nivel del jamón. A mayor grado de ambos factores, mayor calidad.
Por último, aunque parezca obvio, el precio es clave para “apartar del medio” todos esas marcan que pretenden vender jamón de calidad por poco dinero. No estamos diciendo que haya que gastarse mucho dinero en un jamón, simplemente aclarar que cuando el precio es muy bajo, la mayoría de las veces significará que el jamón no es tan bueno como dicen.
Con estos sencillos consejos, además de los que ofrecimos en el anterior post, seguro que no te intentan dar gato por liebre. ¡Te toca disfrutar del placer de un buen jamón ibérico!